Lo cierto es que siempre es un buen momento para prepararlo, y de hecho, a nosotras se nos ocurrió hacerlo el otro día para merendar, pero...
...lo que queríamos hacer era el típico bizcocho de yogur...y, como no, cuando abrimos la nevera, ¡no teníamos yogures!
Cómo sabréis es muy frecuente que te decidas a preparar algo, pensando que tienes de todo, y cuando empiezas a coger los ingredientes te falta uno.
Que no cunda el pánico, en muchas ocasiones podemos sustituirlo por algo, en este caso, sustituímos el yogur por nata y este ha sido el resultado.
Un bizcocho sabroso, tierno y esponjoso, ¿qué más podemos pedir?